El árbol de la vida

El árbol de la vida

En todas las culturas, tradiciones y lenguajes en las que se nombra, significa fuente de vida y se relaciona con la sabiduría.

Lo conocemos como símbolo universal, aunque a través de la historia las diferentes religiones o razas lo mencionen con multitud de nombres distintos. El envoltorio y el interior es el mismo para todos.

Son elocuentes los documentos bíblicos desde el jardín del Edén con Adán y Eva, son infinitas las leyendas que hacen referencia al árbol de la vida, a la semilla semejante a la del ser humano, a nuestro entorno familiar y amistoso, a nuestra maduración y experiencia espiritual.

Las ramas se asemejan a nuestros numerosos caminos de éxitos algunos y otros de fracasos.

Se dice que cada uno tenemos nuestro propio árbol, al que tenemos que cuidar y al que estamos ligados estrechamente con los elementos; fuego, tierra, aire y agua.

Es nuestra fuente de energía y depende de como la utilicemos. En positivo siempre nos dará mejores resultados.

A través de sus raíces llegaremos al fondo de la tierra, nos nutriremos del agua. A través de las ramas percibiremos el fuego del sol, a través de sus hojas el aire para alimentar nuestros sueños.

En él se recogerá la memoria de lo que hemos sido cada uno de nosotros.

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Publicado el: 18 de febrero de 2019