Cada 21 de octubre se celebra el Día Mundial del Ahorro de Energía.
En un contexto de crisis climática y aumento de los costos energéticos, esta jornada es una llamada global a la acción para gobiernos, empresas y ciudadanos.
En el sector turístico y hotelero, esta jornada adquiere un significado especial: la energía es un recurso esencial para ofrecer confort, movilidad y experiencias únicas a los viajeros, pero también representa una de las principales fuentes de impacto ambiental.
El ahorro energético no solo reduce las facturas de electricidad o combustible; también contribuye directamente a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático. Cada kilovatio hora que no se consume evita la quema de combustibles fósiles y ayuda a preservar los recursos naturales del planeta.
Además, una sociedad eficiente energéticamente es más sostenible y competitiva.
Ideas de ahorro para cada ámbito
En el hogar:
Los ciudadanos tienen un papel fundamental en el ahorro energético. Estas acciones cotidianas pueden marcar la diferencia:
Cambia a iluminación LED: consumen hasta un 80 % menos que las bombillas tradicionales.
Desconecta los aparatos en standby: ese “piloto rojo” puede representar hasta el 10 % del consumo eléctrico.
Aprovecha la luz natural: abre cortinas y reorganiza espacios para reducir la necesidad de iluminación artificial.
Regula la temperatura: cada grado menos en la calefacción o más en el aire acondicionado supone un ahorro del 7 %.
Aísla tu vivienda: ventanas con doble cristal o burletes en puertas ayudan a mantener la temperatura interior.
En las empresas de todo tipo y tamaño:
El sector empresarial tiene un enorme potencial para optimizar su consumo energético. Algunas estrategias efectivas son:
Auditorías energéticas periódicas: permiten detectar fugas de consumo y oportunidades de mejora.
Sistemas de iluminación inteligente: sensores de presencia o control por zonas reducen gastos innecesarios.
Equipos de alta eficiencia: invertir en maquinaria moderna es rentable a medio plazo.
Fomentar el teletrabajo y la movilidad sostenible: menos desplazamientos significan menos energía y menos emisiones.
Formación del personal: crear una cultura interna de eficiencia energética mejora el compromiso y los resultados.
En Hoteles y alojamientos:
La hospitalidad puede ser sostenible sin perder confort. Algunas medidas efectivas incluyen:
Iluminación LED y sensores de presencia en pasillos, zonas comunes y habitaciones.
Gestión inteligente de la climatización: sistemas que se apagan automáticamente al detectar que la habitación está vacía.
Aprovechamiento de energías renovables: paneles solares térmicos para el agua caliente sanitaria o fotovoltaicos para autoconsumo.
Aislamiento térmico y control solar: ventanas eficientes y cortinas térmicas reducen la necesidad de calefacción o aire acondicionado.
El huésped valora cada vez más los alojamientos que le invitan a ser parte del cambio.
En Agencias de viajes y operadores turísticos:
Las empresas del sector pueden contribuir reduciendo su propia huella y fomentando el ahorro entre los viajeros:
Ofrecer opciones de transporte sostenible, priorizando trenes, autobuses eficientes o vuelos compensados en carbono.
Reducir el consumo en oficinas: equipos energéticamente eficientes, políticas “paperless” y teletrabajo parcial.
Incorporar la sostenibilidad en la comunicación y el marketing, destacando las prácticas responsables de los destinos y alojamientos.
Fomentar el turismo de cercanía, que minimiza desplazamientos y genera beneficios locales.
En las administraciones y destinos turísticos:
Los gobiernos locales y entidades de promoción turística pueden ser un motor del cambio a través de:
Planes de eficiencia energética en infraestructuras turísticas y culturales.
Programas de certificación ambiental y ayudas para hoteles y restaurantes sostenibles.
Modernización del alumbrado urbano y señalización con tecnología LED.
Implementar edificios públicos “verdes”, con certificaciones energéticas y sistemas de climatización eficientes.
Educación ambiental y campañas de sensibilización para visitantes y residentes.
Apoyo a la movilidad eléctrica y peatonal en zonas turísticas.
El viajero actual busca mucho más que descanso o aventura. Cada vez más, En este contexto, ahorrar energía no solo es una cuestión económica, sino también una estrategia de diferenciación y reputación.
Un compromiso compartido
El ahorro de energía no es solo una cuestión técnica o económica, sino también ética. Cada acción cuenta: desde apagar una luz hasta diseñar políticas sostenibles o elegir establecimientos y destinos comprometidos con la sostenibilidad.
Celebrar el Día Mundial del Ahorro de Energía es, en definitiva, una invitación a repensar nuestro modelo de consumo y construir un futuro más sostenible para todos, que permita a las nuevas generaciones poder seguir disfrutando y descubriendo este precioso planeta que a menudo se nos olvida, no nos pertenece, pero tenemos el privilegio de habitar.